Familia exige respuestas luego que reclusa de la cárcel de San Bernardino murió tras dar a luz
Después de que la interna Ángela Mónica Zúñiga dio a luz a su hijo, Exodus, e inmediatamente después fue sometida a una histerectomía de emergencia a principios de febrero, el intenso dolor de la cirugía nunca se fue, dicen los miembros de la familia.
Zúñiga, una madre de siete hijos, se quejó de dolores, y el personal del Centro de Detención de West Valley en Rancho Cucamonga solo le dio Tylenol, dijo su hermana Sonia Zúñiga.
Durante la noche del 27 de febrero, la mujer de 33 años se desmayó dentro de su celda. Entonces fue llevada al Centro Médico Regional Arrowhead en Colton, y murió la mañana siguiente.
“No quedamos con muchas preguntas sin respuesta”, dijo su hermana. “Lo que sucedió es devastador. Pensamos que su muerte pudo haber sido evitable. Esto no debería pasarle a ningún interno”.
Sonia Zúñiga dijo que su hermana sufrió durante semanas después de su parto por cesárea el 10 de febrero, y no se le dio la asistencia médica apropiada a pesar de sus súplicas de ayuda y su condición física. Dijo que su familia está determinada a averiguar qué pasó.
Ángela Zúñiga, una residente de San Bernardino, estaba en custodia acusada de disparar contra una vivienda deshabitada y ser una criminal registrada en posesión de un arma de fuego, según el Departamento del sheriff.
Cuarta de una familia de nueve hermanos, Zúñiga tuvo una dura vida, dijo su hermana.
“Ella cometió errores en su vida”, relató Sonia. “No siempre escogió el camino correcto, pero siempre fue una persona genuina”.
En la correccional, los funcionarios del sheriff dijeron que Zúñiga sufrió una “emergencia médica” a las 10 p.m. del 27 de febrero. Fue transportada al hospital Colton y declarada muerta a las 5:41 de la mañana del 28 de febrero “a pesar de varias medidas que se tomaron para salvar su vida”, dijo el Departamento del sheriff.
La oficina del juez de instrucción del condado Riverside determinará la causa de la muerte de Zúñiga, lo cual es un procedimiento estándar para una muerte de alguien que se encuentra bajo la custodia del condado de San Bernardino. La División de Investigaciones Especializada del Departamento del sheriff inició una investigación sobre su muerte.
La portavoz del sheriff, Jodi Miller, dijo que su Departamento no podía comentar sobre la condición médica de Zúñiga porque eso violaría las regulaciones de la ley de Responsabilidad.
“Cuando un interno se queja de enfermedad y pide ver al personal médico, son llevados a la enfermería”, dijo. “Si el personal médico determina que se necesita un nivel más alto de cuidado, los reclusos son transportados a un hospital”.
La muerte de Zúñiga vino días después de que la Oficina de los Derechos en Prisión presentó una demanda colectiva federal por parte de dos internos, alegando que las condiciones en las cárceles del Departamento del sheriff eran inconstitucionales.
Los demandantes alegan que a los internos no se les proporciona el acceso oportuno a los doctores, proveedores de salud mental y el cuidado dental. Ellos alegan que las cárceles no proporcionan alojamientos apropiados para minusválidos. El personal de la cárcel también ha usado la fuerza excesiva contra internos, según la demanda.
“Esa gente es completamente dependiente de la cárcel para su asistencia médica y bienestar, no tienen ninguna otra opción”, dijo el abogado Kelly Knapp en un comunicado.
Después de que la demanda fue archivada, el sheriff John McMahon dijo recientemente que el condado ha dedicado recursos para asegurarse que las cárceles cumplan con las normas, aún bajo la presión añadida de realineamiento de la cárcel, que trae “desafíos significativos en el alojamiento de más internos por períodos más largos, de los que históricamente han tenido”.
“Hemos apreciado la buena voluntad de la Oficina de los Derechos en Prisión, para trabajar constructivamente con el condado en esos problemas, esperamos que las conversaciones de cooperación continúen, y estamos optimistas que el caso puede ser resuelto cordialmente”, dijo McMahon en una declaración.
La hermana de Zúñiga dijo que ella se puso en contacto con la Oficina de los Derechos en Prisión y les dio detalles sobre su muerte.
Después de la cirugía, Zúñiga fue forzada a barrer y trapear, y la pusieron en confinamiento solitario durante un día cuando se quejó de su dolor, dijo su hermana. Más tarde, mientras era transportada para una audiencia en los tribunales, fue esposada y encadenada por la cintura a otra interna que se había peleado con otra detenida, dijo su hermana.
La familia de Zúñiga cree que los funcionarios de la cárcel no consideraron su condición física cuando la encadenaron, y eso probablemente agravó sus heridas.
“Sus súplicas básicamente fueron ignoradas”, dijo la hermana de Zúñiga.
El jueves fue agridulce para la familia Zúñiga. Exodus, que está siendo cuidado por la familia, acaba de cumplir un mes de nacido. Al mismo tiempo, la familia se disponía a enterrar Zúñiga el viernes.
“Solo queremos saber qué pasó”, dijo Sonia Zúñiga. “No queremos que eso le pase a nadie más. No quiero que la muerte de mi hermana sea en vano”.
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