A pesar de que la delincuencia ha disminuido en Los Ángeles en las últimas dos décadas, hay miles de niños que crecen viendo numerosas muertes a su alrededor mientras buscan caminos seguros para llegar a las escuelas de los vecindarios donde alguien ha sido asesinado.
El impacto de experimentar de cerca la violencia puede ser devastador y costoso para los estudiantes, para las escuelas y para las comunidades: Algunos estudiantes sufren síntomas similares a los del PTSD. Ante eso, las escuelas han comenzado a incorporar la inevitabilidad del trauma en su diseño, con planes de estudio que abordan el estrés y resuelven los conflictos sin recurrir a la violencia. Los trabajadores de salud mental son ahora un elemento básico en muchos campus. Los maestros y el personal frecuentemente están en la primera línea para identificar las señales de alerta cuando un estudiante enfrenta problemas emocionales.
El Times analizó los datos de homicidios de los últimos cinco años para encontrar las escuelas secundarias públicas del condado de Los Ángeles que están rodeadas por el mayor número de homicidios. Luego pasamos tiempo en casas, en las escuelas y en los espacios habitados por ellos, con adolescentes y familias que han perdido amigos y parientes y con los educadores y otras personas que trabajan para proporcionar un ambiente seguro para que los niños aprendan y prosperen.
El proyecto fue investigado y escrito por Sonali Kohli. La fotografía es de Marcus Yam. Iris Lee y Priya Krishnakumar proporcionaron el análisis de datos, los gráficos y la producción digital. La idea de la serie surgió del ex empleado del Times, Jerome Campbell, quien también contribuyó al reportaje.
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Esta serie es un producto de The Homicide Report, un esfuerzo de The Times por contar la historia de cada víctima de homicidio en el condado de Los Ángeles.
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